La voz que supera la GenAI Divide
15 sept 2025
¿Por qué la automatización con voz está cruzando la brecha del GenAI?
Recientemente, investigadores del MIT introdujeron el concepto de "GenAI Divide", revelando que el 95% de los pilotos de inteligencia artificial generativa no ofrecen retorno real (MIT report: 95% of generative AI pilots at companies are failing). Esto muestra una creciente brecha entre las empresas que logran resultados concretos y aquellas que se quedan atrapadas en pruebas de concepto sin impacto.
El problema no es la falta de inversión ni de modelos, sino que la mayoría de las implementaciones no logran integrarse ni aprender. Son demos impactantes que no afectan los procesos reales de las organizaciones. La automatización con voz destaca como una excepción, ya demostrando ser crucial para transformar procesos críticos en las empresas.
La estadística incómoda
El 95% de los pilotos de GenAI no generan retorno real, una cifra que revela que aunque los modelos funcionan en tareas individuales, la verdadera transformación empresarial es otro desafío. La mayoría de los proyectos se quedan como vitrinas tecnológicas, desconectados de la operación real y exigen que las empresas cambien su forma de trabajar. Mientras tanto, la "shadow AI" está floreciendo: empleados automatizando tareas al margen de los sistemas oficiales porque funciona y es flexible.
Donde sí funciona: la voz
La automatización con voz no es ciencia ficción. Casos como la gestión de operaciones, asistencia en múltiples idiomas o la atención de primer nivel están generando valor tangible en organizaciones. El otro foco de éxito está en back-office y operaciones, donde la automatización reduce la dependencia de BPOs y elimina procesos repetitivos, impulsando eficiencia y resultados reales.
La integración marca la diferencia
La falta de integración es la principal causa de fracaso. No basta con lanzar una herramienta y esperar resultados; la clave está en integrar la IA en los flujos de trabajo existentes. Los proyectos fallidos piden a la empresa que se adapte a la herramienta, mientras que las implementaciones exitosas potencian lo que ya funciona.
El tiempo como variable decisiva
Las grandes empresas tardan meses en pasar de la prueba a la producción, diluyendo la energía en el proceso. Los casos exitosos despliegan rápido, generando resultados casi de inmediato, lo que genera confianza y permite ajustes rápidos a la realidad diaria.
Construir fuera, no dentro
Los proyectos desarrollados externamente tienen el doble de probabilidad de éxito que los internos. No se trata de tener talento en casa, sino de asociarse con expertos que permitan a la organización centrarse en su negocio. Aquí radica la diferencia entre la obsesión por “construir” y la inteligencia de “comprar bien.”
Más allá de la brecha
El informe del MIT no es un epitafio para la GenAI, sino un mapa de advertencias. Nos dice qué evitar y dónde encontrar las verdaderas oportunidades:
• La mayoría de los pilotos fracasa porque no aprenden ni se integran.
• El ROI más sólido está en back-office y operaciones, no en marketing.
• Los casos de éxito comparten memoria, integración y velocidad.
• La voz, como canal, se confirma como uno de los terrenos más fértiles.
Cruzando la GenAI Divide no están los proyectos más espectaculares, sino los que se incrustan en procesos reales y generan valor desde el primer día. El futuro de la IA no se decidirá en demos, sino en los flujos invisibles que sostienen a las empresas: en la voz que atiende una llamada rutinaria o en el sistema que elimina un proceso innecesario. Ahí es donde se está librando la verdadera transformación.